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Guadalajara expuso nuevamente su principal problema, que es la contundencia, tras perder un duelo que dominó, ante unos Tiburones que aprovecharon su única ocasión de peligro.

La efusión de las Chivas fue herida apenas con 18 segundos en el reloj. Benjamín Galindo perdió el balón ante la presión de Daniel Villalba, quien no desaprovechó el error, para anotar el gol más rápido de torneo.

A pesar del embate que percutió al Estadio Akron, el Rebaño se sacudió e intentó igualar en la fabricación de sus primeras jugadas. Estuvo muy cerca, pero se topó con la figura de Melitón Hernández, y con el travesaño en un segundo intento.

Conforme el duelo maduraba, los dirigidos por Matías Almeyda se adueñaban más de la cancha. Entre Walter Sandoval, Edson Torres e Isaac Brizuela tuvieron oportunidades importantes, pero la mala puntería y el arquero porteño no permitieron movimiento en las redes.

El segundo tiempo tomó la misma ruta. Los pupilos de Matías Almeyda se volcaron al frente y consiguieron las ocasiones adecuadas. Pero nuevamente, la definición fue su peor enemiga.

Almeyda no aguantó más y mandó a la batalla a Jesús Godínez y a Rodolfo Pizarro. No obstante, el equipo perdió claridad y dejó de amenazar el arco veracruzano, a pesar de seguir dominando.

La insistencia de las Chivas no fue suficiente ni siquiera para empatar, y ahogaron casi por completo sus esperanzas de Liguilla.