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Ante las múltiples sanciones por su programa nuclear, que le privan de ingresos, Corea del Nortedespliega un batallón de aguerridos piratas informáticos para encontrar fuentes de divisas, aunque lo desmiente con vehemencia.

Sus mensajes son seductores y sus fotos atractivas, pero las sirenas que intentan hechizar a los ejecutivos surcoreanos del bitcoin podrían ser piratas norcoreanos, advierten los especialistas. 

Sus habilidades en este terreno se pusieron en evidencia con el pirateo a Sony Pictures Entertainment en 2014, que se consideró una venganza del régimen por la película «The Interview», una sátira que se burlaba de su dirigente, Kim Jong-Un. 

Pero las víctimas pasaron a ser financieras, como bancos o plataformas de intercambio de la criptomoneda bitcoin. Washington acusó recientemente a Pyongyang del ciberataque mundial «Wannacry», que en mayo infectó 300 mil ordenadores en 150 países, bloqueando los archivos y exigiendo cientos de dólares para liberarlos. 

Según medios surcoreanos que citan a servicios de inteligencia del país, piratas norcoreanos se hacen pasar en Facebook por mujeres jóvenes para acercarse a los empleados de plataformas de cambio a los que terminan enviando archivos con virus. 

También bombardean a los ejecutivos con correos electrónicos en los que simulan buscar un empleo y que acompañan de currículos con virus para robar los datos personales y profesionales. 

Según Moon Jong-Hyun, director de la empresa de ciberseguridad EST Security de Seúl, en los últimos años se han multiplicado este tipo de estrategias contra miembros de alto rango del gobierno y del ejército. 

«Abren cuentas de Facebook y mantienen vínculos de amistad durante meses antes de apuñalarlos por la espalda», explica. 

Simon Choi, director de la empresa Hauri de Seúl, recabó grandes cantidades de datos sobre piratería norcoreana. 

En su opinión, debido a las nuevas sanciones impuestas por la comunidad internacional, «las operaciones piratas del Norte pasaron de ser ataques contra ‘el Estado enemigo’ a ser un lucrativo negocio» 

Los piratas norcoreanos tienen la vista puesta en el bitcoin al menos desde 2012, explica. Cuando su cotización se dispara, también lo hacen los ataques. 

La falta de regulación y la «debilidad de los controles contra el blanqueamiento» de dinero en muchos países sirven también para explicar el «atractivo» de las monedas virtuales, señala la empresa estadunidense especializada FireEye. 

Estas divisas «se convirtieron en un objetivo interesante para un régimen que actúa en muchos sentidos como una organización criminal», escribía en septiembre FireEye. 

Explica que entre mayo y julio el Norte intentó en tres ocasiones piratear plataformas surcoreanas de cambio de criptomenerdas para «llenar las arcas del Estado o de la élite de Pyongyang».

Y en octubre, el grupo de piratas Lazarus, vinculado al Norte, lanzó una campaña de robo de datos contra la industria del bitcoin, según la compañía estadunidense Secureworks.