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Para los investigadores del Instituto Belisario Domínguez (IBD) la Reforma fiscal estadounidense podría generar presiones a sus finanzas públicas y actividad económica; por lo que México deberá estar alerta.

En su reporte “Reforma fiscal en Estados Unidos y Consideraciones para México”, sostiene que aún cuando la reforma fiscal estadounidense pretende elevar el crecimiento, la competitividad y el empleo en la economía de ese país, deben tenerse en cuenta los posibles efectos negativos que se podrían generar en las finanzas públicas y la actividad económica con la aplicación de una política fiscal expansiva en una economía en crecimiento, con bajo desempleo y bajas tasas de interés.

Así como un sistema territorial para el pago de impuestos de compañías norteamericanas en el extranjero y se impulsaron medidas para la repatriación de capitales. También redujo la tasa máxima impositiva individual para personas físicas, elevó el crédito fiscal por hijos y se redujo las exenciones personales, entre otras medidas.

El organismo de investigación interna del Senado, indica que de acuerdo con cifras de la Oficina de Presupuesto del Congreso estadounidense (CBO, por sus siglas en inglés), la reforma podría elevar el déficit público de EE. UU. en 1,455 miles de millones de dólares (mmd) en los siguientes 10 años.

Agrega, el IBD, que de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se prevé que el estímulo fiscal estadounidense ocasionará una mayor actividad económica durante 2018 y 2019 como consecuencia de la mayor inversión y demanda que se presentaría por el recorte en las tasas impositivas, lo cual también beneficiará a México y Canadá. El FMI elevó la perspectiva de crecimiento económico de EE. UU. para 2018 y 2019, ubicándolas en 2.7% y 2.5%, respectivamente (desde 2.3% y 1.9% de las estimaciones de octubre previo) y para México en 2.3% y 3.0% (desde 1.9% y 2.3%), en cada caso.

El IBD añadió que la competitividad de la economía mexicana no sólo se basa en el aspecto impositivo y que instituciones financieras como BBVA y Citibanamex señalan que los menores costos laborales, la depreciación cambiaria y las reglas que proporciona el Tratado de Libre Comercio de América del Norte brindan atractivo al país.

Entre las propuestas para elevar la competitividad fiscal del país vertidas por organismos del sector privado, se encuentra: la reactivación de la de deducción inmediata de las inversiones, ampliar la base gravable, brindar mayor certidumbre jurídica a la inversión privada, mejorar la calidad del gasto público y deducción de prestaciones laborales.

La investigación del Senado considera que se requiere de tiempo para observar los resultados que tendrá la reforma fiscal en EE. UU., así como las acciones que emprenderán otros países con los que México compite. También señaló que en el mediano plazo deben revisarse los determinantes de la competitividad nacional a fin de fortalecer la eficiencia y productividad de la economía.

El estudio, además, sugiere algunas consideraciones que México debe tomar en cuenta ante los cambios fiscales realizados por su socio comercial