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Angela Merkel viaja a Washington este viernes en un último intento europeo de convencer a Donald Trump de que preserve a la UE de las sanciones comerciales y salve el acuerdo estratégicosobre el programa nuclear iraní. 

El desplazamiento llega justo después del presidente francés, Emmanuel Macron quien, pese a la complicidad que muestra con el presidente estadunidense, no pareció obtener concesiones en ninguno de esos importantes temas.

La canciller alemana no se hizo demasiadas ilusiones, principalmente en lo tocante a los aranceles al acero y al aluminio europeos.

«Debemos partir del principio de que los aranceles estarán ahí el 1 de mayo», indicó el jueves un responsable del gobierno alemán, que pidió el anonimato. «Veremos qué hacer», añadió.

El presidente estadunidense promulgó en marzo unos aranceles del 25% a las importaciones de acero y del 10% a las del aluminio, acusando a sus socios comerciales de prácticas desleales. La UE se benefició de una exención in extremis hasta el 1 de mayo a cambio de una petición de apertura más marcada de los mercados europeos.