Normalistas de Ayotzinapa lanzaron con bombas molotov, cohetones y piedras las instalaciones de la 35 Zona Militar, ubicadas en el bulevar Vicente Guerrero de Chilpancingo, Guerrero.
Lo anterior, después de que los estudiantes y los padres de los 43 desaparecidos se apoderaron de la caseta de cobro de Palo Blanco en la Autopista del Sol, como parte de su lucha para exigir que los soldados sean llamados a declarar por el caso Iguala.
El abogado del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, Vidulfo Rosales había señalado que el bloqueo de la caseta de cobro de PAlo Blanco en la Autopista del Sol que este es el inicio de su lucha para llevar a la justicia a efectivos del Ejército, principalmente del 27 batallón de Iguala, debido a que investigaciones de la periodista Anabel Hernández, plasmadas en su libro La verdadera noche de Iguala, ratifican que los militares participaron en la agresión y desaparición de los estudiantes el 26 de septiembre del 2014.
Ante el ataque, los militares se resguardaron para evitar ser heridos. Posteriormente, los alumnos regresaron a la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos.
Vidulfo Rosales dijo también que con el Mecanismo de seguimiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se pedirá que se abra una línea de investigación contra el Ejército.