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La reina Isabel II develó un monumento para conmemorar a los soldados británicos caídos y al personal que luchó en las guerras de Irak y Afganistán.

El príncipe Enrique, nieto de la reina Isabel II, dirigió unas palabras durante la ceremonia a la que también asistió su hermano el príncipe Guillermo y su esposa Catalina.

“Tiempo de amar y tiempo de odiar; tiempo de guerra y tiempo de paz”, leyó el príncipe de un extracto de la Biblia.

Enrique, de 32 años de edad, dejó el ejército en 2015 después de una década en la que fue enviado a Afganistán en dos ocasiones (2008 y 2012).

El monumento nacional está dedicado a 300 mil soldados, marinos, y pilotos, así como personal civil que sirvió o luchó en los conflictos entre 1990 y 2015 -incluyendo aquellos que perecieron en la Guerra del Golfo. En 25 años de guerra 680 británicos perdieron la vida.

La primera ministra, Theresa May, encabezó la plana mayor de políticos que incluyó a los ex primeros ministros David Cameron y Tony Blair -este último llevó a Reino Unido a la guerra de Irak en 2003 bajo el argumento de que tenía en su poder armas de destrucción masiva.

Los asistentes guardaron dos minutos de silencio en señal de respeto a las víctimas de los conflictos armados, en una ceremonia a la que asistieron familiares de los soldados caídos.

De acuerdo con cifras del Ministerio de Defensa, 456 británicos perecieron en Afganistán, 179 en Irak y 47 en la Guerra del Golfo.

La monarca, de 90 años de edad, estuvo acompañada de su esposo el príncipe Felipe de Edimburgo, quien este año cumple 96 años de edad.