El garbanzo es una buena fuente para la obtención de los llamados péptidos bioactivos o con actividad biológica que ayudan en la regulación y la modulación metabólica para la reducción del riesgo de enfermedades.
A través de un comunicado, la profesora-investigadora del Departamento de Investigación y Posgrado en Alimentos (DIPA) de la Universidad de Sonora (Unison), Carmen Lizette Del Toro Sánchez, dijo que las nuevas tendencias en el consumo de alimentos y los cambiantes estilos de vida, hacen necesaria la busqueda de productos más saludables.
Señaló que dichos alimentos, además del aporte nutricional, deben tener un efecto benéfico para la salud. En este grupo, destacó, entra precisamente el garbanzo, el cual además en México ocupa el tercer lugar en la producción de leguminosas, después del frijol y la soya.
Explicó que el garbanzo es un cultivo que tiene la ventaja de resistir a la sequía y se cultiva en la región noroeste del país que comprende Sinaloa, Sonora y Baja California Sur. Esta última entidad es la principal zona productora de la variedad Kabuli, generando el 80 por ciento de este grano en México
Del Toro Sánchez refirió que Sonora ocupa el segundo lugar en producción después de Sinaloa, y anotó que el consumo de garbanzo tiene beneficios significativos para la nutrición humana y para la salud cuando se come con regularidad en dietas bien equilibradas.
La académica destacó que varios estudios han demostrado que el consumo de leguminosas puede bajar la incidencia de enfermedades crónicas como cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares y obesidad, entre otras.
Abundó que el garbanzo es una excelente fuente de fibra soluble que ayuda a reducir el colesterol, considerado factor de riesgo para las enfermedades cardíacas, y también posee un alto contenido de proteína, hasta de un 25 por ciento.
Por su parte, en cuanto a los péptidos funcionales o bioactivos, dijo que éstos se definen como secuencias de aminoácidos, los que forman las proteínas, y que ejercen determinadas actividades biológicas como por ejemplo, antioxidantes, anticancerígenos y antihipertensivas, entre otras.
Comentó que tras la administración oral, los péptidos bioactivos pueden ejercer su efecto, entre otros, sobre los sistemas cardiovascular, digestivo, inmunológico y nervioso.
Cuando se consume garbanzo, apuntó, se tienen enzimas que empiezan a cortar el alimento y llega al intestino en fracciones pequeñas por lo que se van a generar muchos péptidos y cada uno puede tener diferentes funciones.
Se generan tantos, describió, que algunos pueden ser de mayor tamaño que otros y ahí es donde se origina el interés de ver cuáles pueden ser cortos, absorbibles y accesibles, y den un mejoramiento en el organismo.
La investigadora señaló que a través de estos péptidos antioxidantes se puede prevenir y, de alguna manera, ayudar a que disminuyan enfermedades crónico degenerativas.