Asfixiado por las deudas y con un equipo que ya no podía codearse con los grandes de Europa, la dirigencia del club de fútbol Barcelona decidió que sólo tenía una alternativa tras ver a su acérrimo rival el Real Madrid celebrar los títulos de fuste la pasada temporada: gastar a manos llenas.
El Barça afronta la temporada con el objetivo inmediato de reverdecer laureles tras los fichajes del delantero Robert Lewandowski, el zaguero Jules Koundé y el extremo Raphinha para reforzar un irregular plantel integrado por promesas juveniles y varios descartes.
Los tres fichajes, a un costo total de 160 millones de euros (163 millones de dólares), han dejado al Barcelona como el club que más ha gastado este verano en Europa. Pero representan un desembolso mayor que aumentará la carga del club catalán durante el próximo cuarto de siglo.
Con el Barcelona a punto de cerrar la pasada temporada con pérdidas económicas por cuarto año seguido y sin dinero para gastar en fichajes, el presidente Joan Laporta decidió que la única forma de frenar la espiral negativa del equipo era hipotecando su futuro.
Después de recibir el respaldo de los socios del Barcelona, la directiva aprobó la venta del 25 por ciento de los derechos de televisión que le corresponden del contrato con La Liga española por los próximos 25 años, un monto de 667 millones de euros (679 millones de dólares). Dinero en mano, remecieron el mercado de pases.