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Guillermo Briseño, músico comprometido con causas sociales, poeta, compositor, químico y artífice de la Escuela de Música del Rock a la Palabra, así como pionero de este género, es de charla ágil y franca, pero, sobre todo, conocedor de este movimiento que alguna vez fue censurado, pero que ha permitido que la conciencia y la crítica ronden en sus líricas y sonidos.

A propósito de los 18 años que celebrará la Escuela de Música del Rock a la Palabra, cuyo festejo es un abrazo al futuro, el cantante y pianista, charló con La Jornada sobre este plantel adscrito a la Secretaría de Cultura de la CDMX, el cual se ha ido consolidando al paso de los años, con grandes retos, pero con la satisfacción de que ha formado e impulsado talentosos músicos y nuevas generaciones.

En este tiempo han aparecido talentos, voces, maestros y especialistas en diferentes áreas, como la batería o la lírica, como necesidad instintiva de preservar la especie, afirmó. Algunos egresados forman parte de un colectivo, otros viajan al exterior para dar a conocer su trabajo y muchos más transmiten sus experiencias en los Pilares de la Ciudad de México.

El próximo jueves, con autoridades capitalinas, Briseño anunciará las actividades de la celebración por el aniversario 18 de la escuela, la mayoría de edad. Asistirán tres invitados especiales, referentes del rock, como Caifanes, con Saúl Hernández, Alfonso André y Diego Herrera que apadrinará la fiesta. También adelantó que fue invitado por esta banda al concierto que ofrecerán el 31 de agosto en el Estadio GNP, antes llamado Foro Sol.

Sobre la creación de la escuela, de carácter gratuito y público, explicó, se entrelazaron tanto lo personal como lo profesional y la obligación de comunicarse con los demás.

Recordó: “Cuando gané el concurso del Chopo, que significó violar el veto que había en la UNAM hacia el rock –después de que el gobierno prohibió estas expresiones juveniles–, me tocó la fortuna de rencontrarme con personas que había estado conmigo en la Facultad de Ingeniería Química y estaban a cargo de las actividades culturales, quienes quisieron que apareciera tocando como lo había hecho antes. Esto permitió romper la censura, lo que fue suave y muy lindo”.

Este hecho se relaciona con lo académico, pues es una mezcla de instinto con deducciones para hacer algo enfocado a los chicos que tocan rock y así descubran nuevas cosas, que no sea pura intuición porque hay que saber, oír y ampliar el criterio, pues el rock es muy importante al ser un vínculo de comunicación que en muchas generaciones ha tenido una actitud crítica ante el mundo, el entorno, y eso lo hace tentador.