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El capitán de Navío Abraham Jeremías Pérez Ramírez, involucrado en el contrabando de combustible, que llevó al aseguramiento de 10 millones de litros, se suicidó ayer en su oficina, en Tamaulipas, confirmó el Gabinete de Seguridad del Gobierno de México.

Se desempeñaba como director de la Unidad de Protección Portuaria de Altamira y, de acuerdo con las investigaciones de la FGR, su nombre fue mencionado como uno de los funcionarios navales que recibió sobornos para permitir el paso del buque con combustible ilegal.

Las fuentes indicaron que elementos del Ministerio Público Federal se trasladó a las oficinas del mando naval, para iniciar las investigaciones correspondientes.

En las investigaciones de la FGR, por el tráfico de combustible, se señaló a Pérez Ramírez, por presuntamente recibir 100 mil pesos, para que permitiera el paso del buque con 10 millones de litros.

Con la muerte del capitán Pérez Ramírez, son tres los casos de personas que han muerto en circunstancias que ahora son investigadas por la FGR, relacionadas con el hallazgo de un cargamento de 10 millones de combustible, en Tampico, el pasado 19 de marzo.

El contralmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar, quien denunció el tráfico de contrabando, fue asesinado el 8 de noviembre de 2024, en Manzanillo, Colima.

Posteriormente, el 21 de octubre de 2024, ocurrió el homicidio de Magaly Janet Nava Ramos, Auxiliar «B» en la delegación de la FGR, en Colima, quien estaba a cargo de investigar la muerte del contralmirante Guerrero Alcántar.