La Comisión de Atención a Grupos Vulnerables, que preside la diputada Gabriela Sodi (PRD), llevó a cabo el foro “Por un envejecimiento digno para nuestros adultos mayores”, donde especialistas y funcionarios del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) analizaron la importancia de que los programas para este sector promuevan una atención adecuada, integral, profesional y especializada, a fin de mejorar su bienestar y calidad de vida.
La diputada Sodi dijo que este encuentro busca escuchar a las personas adultas mayores sobre sus necesidades, que se conozcan sus derechos, se generen políticas públicas para su beneficio, así como saber la importancia del INAPAM.
Mencionó que, en la atención a los derechos humanos de las personas adultas mayores, el Estado mexicano reconoce la necesidad de abordar la problemática de este sector de la población y por ello, se ratificó por el Senado de la República la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Adultas Mayores.
Indicó que entre los derechos que salvaguarda dicha Convención está la igualdad y la no discriminación por razones de edad, derecho a la vida y a la dignidad en la vejez, independencia y autonomía, participación e integración comunitaria, a una vida sin ningún tipo de violencia, y a no ser sometido a tortura ni penas o tratos inhumanos.
Sin embargo, subrayó, se han presentado iniciativas de reforma para desaparecer el INAPAM y crear una unidad administrativa menor dentro de la Secretaría de Bienestar. El diputado del PAN, Carlos Madrazo Limón, expuso que la población de adultos mayores en el país asciende a alrededor de 18 millones, por lo que es fundamental garantizar que haya organismos enfocados a promover el uso de tecnología y el empleo en este segmento poblacional.
Detalló que, si bien para este Ejercicio Fiscal 2024, se asignó un presupuesto de 438 mil millones de pesos para a atender a las personas adultas mayores, “lo malo es que no se aplica con eficacia”. Reiteró que este sector debe vivir sin miedo a la enfermedad, a la pobreza, a la inseguridad y a la soledad, es decir, vida digna; por ello, el INAPAM es fundamental para esta tarea.