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El asesinato del destacado periodista de Al Jazeera, Anas al Sharif, junto con cuatro colegas en un ataque aéreo israelí el domingo, provocó la condena de la comunidad internacional. En el centro de la franja de Gaza, cientos de dolientes participaron en sus funerales.

Wadi Abu Al Saud, periodista palestino quien se encontraba cerca de la tienda de sus colegas asesinados de Al Jazeera, relató que la agresión ocurrió a las 23:22.

“Entré en la tienda de campaña frente a la suya, levanté el teléfono para hacer una llamada y entonces se produjo la explosión”, narró Al Saud. “Un trozo de metralla impactó en mi teléfono. Miré hacia atrás y vi gente ardiendo en llamas. Intenté apagarlas. Anas y los demás murieron instantáneamente por el impacto”, contó a The Guardian.

Acusación sin pruebas

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) admitieron llevar a cabo el ataque, al afirmar sin pruebas que Al Sharif era el líder de una célula de Hamas responsable de ataques con cohetes contra el territorio israelí, “quien se hacía pasar por periodista”, una acusación que Al Jazeera y Al Sharif descartaron previamente como infundada.

El 24 de julio en un video, el portavoz del ejército israelí Avichay Adraee acusó sin pruebas a Al Sharif de ser parte del ala militar de Hamas.

El ejército publicó una selfi de Al Sharif con líderes de Hamas y una tabla que supuestamente muestra los nombres de miembros del movimiento de resistencia palestino, donde aparece el nombre de Al Sharif con su salario correspondiente a los años 2013 y 2017.

En julio, Al Sharif avisó al Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) que vivía con la “sensación de que podían bombardearme y martirizarme en cualquier momento”.

Sara Qudah, directora para Medio Oriente y el Norte de África del CPJ, señaló que “la práctica israelí de etiquetar a periodistas como militantes sin aportar pruebas creíbles plantea serias dudas sobre su intención y su respeto por la libertad de prensa”.

Un experto de la Organización de Naciones Unidas (ONU) advirtió previamente que la vida de Al Sharif estaba en peligro debido a sus informes desde Gaza, mientras la relatora especial Irene Khan alertó el mes pasado que las acusaciones de Israel contra Al Sharif no tenían fundamento.

Al Jazeera condenó lo que llamó el “asesinato selectivo” de Al Sharif, y anoche el personal de la cadena catarí se reunió para un homenaje en su sede en Doha.

Según periodistas locales que lo conocían, Al Sharif trabajó al comienzo de su carrera con una oficina de comunicación de Hamas, donde su función era promover eventos organizados por el movimiento que desde 2006 gobierna Gaza.

“La ley internacional es clara en que los combatientes activos son los únicos objetivos justificados en un escenario de guerra”, recordó Jodie Ginsberg, directora ejecutiva del CPJ.