El presidente de Bolivia, Luis Arce, confirmó que las tres ramas de las fuerzas armadas -ejército, marina y aviación-, participaron en el intento de golpe de Estado que dejó 14 personas heridas, algunas de ellas a bala. La excepción fue el comandante de la policía que informó a Arce que él había sido convocado por los comandantes del ejército para que se sumara a la intentona golpista, y que su decisión fue no acompañar esas acciones.
El gobernante, en una conferencia de prensa, hizo una larga narrativa de los sucesos vividos aquí, detallando cómo cuando el complot estaba en marcha y tanto él como el ministro de Defensa, Edmundo Novillo, trataban de comunicarse con los mandos militares, estos rehusaron contestar las llamadas.
“Cuando vimos que alrededor de la Plaza Murillo, donde el pueblo se concentraba y estaba en enfrentamiento con las fuerzas armadas que usaban armas de fuego, bajamos y enfrentamos a quienes estaban a la cabeza, los encaramos. Ahí a los tres comandantes de fuerza les instruyo que depongan esas actitudes y al general Zúñiga que repliegue a las fuerzas militares.
Él me responde que no va a acatar mis órdenes, encaré también al vicealmirante Arnez (Naval), le pregunté si estaba en esa actitud, me dijo que no iba a acatar, encaré al general Zagala de la fuerza aérea. En ese momento quedaba claro que estaba a la cabeza el general Zúñiga y los tres comandantes de las fuerzas”, narró.
El presidente boliviano relató también que “se rompió la cadena de mando porque no llegó la información (de lo que sucedía) más arriba, ni el comando en jefe tenía conocimiento de esto, peor el Ministerio de Defensa, claramente toda la información se retuvo en las tres cabezas de los comandantes de las tres fuerzas; hay que decirlo con claridad, de manera inconsulta, se encuarteló a las tres fuerzas, se ha infringido norma de todo tipo”.
En cuanto a la puesta en marcha del plan sedicioso, narró que “hubo dos reuniones, una el martes y otra el miércoles en el Estado Mayor, con la participación de quienes toman la decisión de llevar adelante y ejecutar el plan, no solamente estaban involucrados militares, estaban también jubilados de las fuerzas armadas y también personal civil”.
“No puede ser que civiles estén metidos en esto, que personal que está en el servicio pasivo esté azuzando a los comandantes o planificando con ellos golpes de Estado, eso es inconcebible y la justicia tomará determinaciones”, continuó.
Otro aspecto relevante de sus declaraciones fue cuando admitió los engaños a los que fue sometido su gobierno por parte de Zúñiga, y las fallas de la contrainteligencia militar, lo cual explicaría por qué el gobierno estaba totalmente desinformado acerca de los movimientos y preparativos castrenses que se gestaron durante meses, pero que se precipitaron el miércoles, cuando los otros altos mandos entraron a la tentativa de golpe.
“Inteligencia militar trabajaba para el comandante del ejército y nunca pasaba información ni al ministerio de Defensa y mucho menos al Presidente del Estado, por lo tanto, uno de los temas centrales del por qué esto se estaba encubriendo y no sale a la luz hasta ayer (miércoles), es porque el área de inteligencia que debería estar alertando, no tuvo ninguna acción; es más por eso tenemos más de 17 detenidos en el ejército, porque hay mucha gente involucrada que ocultó y no reportó la información correcta”, explicó.