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Alejandro Osuna no sólo debutó en Grandes Ligas, se lanzó, literalmente, a la historia al convertirse en el pelotero número 151 nacido en México en llegar a MLB y lo hizo dejando una marca indeleble con una atrapada digna de las mejores jugadas de la semana.

Texas venció 5-4 a White Sox en Chicago, para Osuna el marcador fue el fondo del cuadro. En la quinta entrada, Chase Meidroth mandó una línea con etiqueta de hit, Osuna corrió, calculó y se lanzó en plancha, capturó la bola con una plasticidad y convirtió su primer juego en una entrada triunfal.

No conectó de hit en sus tres turnos al bate, pero mostró paciencia al negociar una base por bola. Para los Rangers, no se trató sólo de llenar un hueco por la lesión de Joc Pederson: se abrió la puerta a un prospecto que venía rindiendo en Doble-A con promedio de .279, dos jonrones y nueve robos.

Osuna no se notó nervioso. Más bien parecía listo, como si hubiese estado esperando este momento desde niño, practicando atrapadas en el patio de su casa, soñando con el big show junto con su hermano Roberto, quien fue lanzador de Blue Jays y Astros.