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Ante los altos índices de inseguridad en algunas regiones del país por la siembra, cultivo y comercialización de drogas, el Senado de la República abrió el debate para la regulación de la amapola con fines medicinales. Los coordinadores de Morena y el PRI, Eduardo Ramírez Aguilar y Manuel Añorve Baños, respectivamente, coincidieron en que el tráfico de la amapola impacta en la inseguridad que se vive en el país y en el tejido social de las comunidades donde se cultiva, por lo que advierten la apertura de foros nacionales sobre la regulación de esa planta.

Señalaron que en Sinaloa, Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Durango donde se siembra la amapola, muchos campesinos son explotados, otros son conscientes de lo que hacen y otros más son obligados a cultivarla. Por ello es un tema que se tiene que debatir para resolver los problemas de fondo que genera; “no podemos ser evasivos”, sobre todo en lo que se refiere al uso medicinal de la planta, ya que existe desabasto de medicamentos derivados de los opioides, como la morfina y oxicodona, y que de las cerca de 500 mil personas que requieren cuidados paliativos contra el dolor, sólo la mitad los recibe y no en la cantidad que los necesita.