Las medidas existentes en México para disminuir el sobrepeso y la obesidad se perfilan para lograr, en 2030, una reducción de 6 por ciento en la prevalencia de este problema de salud pública. Además, ya se cuenta con indicadores de la disminución de los niveles de triglicéridos, lo cual se asocia con una menor ingesta de azúcar, sobre todo la contenida en refrescos.
También ha bajado la recaudación de impuestos al consumo de esos productos, afirmó Simón Barquera, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública. Si se mantienen y fortalecen regulaciones y la promoción de estilos saludables de vida, el país estaría entre los primeros del mundo con oportunidad de detener la epidemia de sobrepeso y obesidad.