El técnico de la selección mexicana, Javier Aguirre, repasa el avance del proyecto que encabeza rumbo al Mundial de 2026. El análisis incluye partidos, informes de rendimiento y cambios en la conducta de algunos elementos que antes condicionaron su convocatoria internacional.
“Como lo hayan tomado me vale madre, pero aquel que pone condiciones de venir, porque debe hacer escala o quiere viajar con un amigo, tiene la puerta abierta”. Sube el tono de la voz, gesticula con las manos y responde a las preguntas que él mismo se hace.
“¿No quiere venir? Bueno, así sea el goleador histórico de no sé dónde, no viene, no es una obligación estar aquí”.
Aguirre confiesa que en varios procesos acumuló disgustos y frustración por jugadores que se negaron a formar parte del Tricolor. “Ya se acabó esa época en la que un jugador chocaba a las 3 de la mañana con el coche o se peleaba en algún bar.
Rafa y yo hemos estado en un montón de lugares, sacrificamos un montón de cosas para estar aquí. Nuestra voz está calificada para decir por dónde sí y por dónde no, mucho más en la selección nacional”, recalca al referirse a Rafael Márquez, cinco veces mundialista y hoy auxiliar técnico.