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El Espacio Cultura San Lázaro, que preside Ismael Carvallo Robledo, en coordinación con el Instituto Yunus Emre, organizó la conferencia “Bursa y Edirne: dos capitales otomanas que conservan su esplendor”, durante la segunda sesión del ciclo “Türkiye. Capitales turcas en Anatolia: monumentos, historia y cultura”, que se presenta en la Cámara de Diputados. 

Al iniciar su exposición, el profesor Mehmet Necati Kutlu definió que Turquía es un país euroasiático que tiene 81 provincias, y regionalmente comparte dos continentes, una parte se encuentra en Europa y otra en Asia, consta del Mar Negro, el Mar Mediterráneo, el Mar Egeo y un mar interior, que cuenta con dos aperturas, una de ellas el Bósforo y el Estrecho de Dardanelos.

En tanto, Bursa es la cuarta provincia más poblada de Turquía, con tres millones y medio de habitantes, es la segunda ciudad que más exporta, su historia se remonta a unos cinco mil años, a la Edad de Bronce y pasó a ser la capital de los otomanos a partir del año 1326.

Destacó que las mezquitas de la época otomana temprana son de plano arquitectónico en forma de “T” invertida, pues el concepto del Islam era que se reunieran los fieles para hacer sus oraciones; por eso, la arquitectura de la mezquita musulmana árabe temprana se compone de muchos pilares y domos que lo cubren.

En cuanto a su gastronomía, los turcos no consumen ni crían cerdos, la carne que guisan es de res, aunque existe un sector turístico con diversos platillos, lo que los bursenses comen es iskander, que es carne con yogur, pero no dulce.   

Más adelante, señaló que Edirne es una ciudad muy importante; sin embargo, no se encuentra registrada dentro de los proyectos turísticos, cuyas causas se desconocen, tal vez por considerarla lejos de Estambul, pero en realidad se encuentra a solo dos horas.

Es la segunda ciudad de los otomanos, que fue conquistada en 1361, pero actualmente es la última provincia de Turquía, y una de las tres provincias europeas, por lo que si Bursa está escondida “Edirne está perdida”.

Esta ciudad fue embellecida y rebautizada en el siglo II, por el emperador romano Adriano, y le da el nombre de Adrianópolis, pero en el transcurso del tiempo este nombre se convierte en Edirne, hasta nuestros días. 

Tiene la belleza medieval, con medio millón de habitantes y la mezquita más grande y bella de toda Turquía, pero ahora cuenta con un plano arquitectónico rectangular y una cúpula central, lo que ya le da la característica clásica otomano de 1447.

Luego de su amplia ponencia, Necati Kutlu exhortó a los participantes y público en general a no dejar de visitar estas dos ciudades, especialmente Edirne y su mezquita, considerada como la maestra de toda la arquitectura turca. Finalmente, invitó a la última sesión que será el próximo 2 de julio, para hablar de la ciudad de Estambul y sus monumentos.