Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta electa, expresó su desacuerdo con el paro de trabajadores del Poder Judicial en rechazo a la reforma en la materia. “Respetamos su protesta, pero no coincidimos. Está muy claro que se van a respetar todos los derechos laborales”, subrayó.
Señaló que la carrera judicial no se afecta, y resaltó que ayer La Jornada reportó que el Padrón Electrónico de Relaciones Familiares, base del Plan Integral de Combate al Nepotismo en el Consejo de la Judicatura Federal (CJF), detectó en 2022 que en los tribunales y juzgados federales existían 6 mil 755 “redes familiares”. Insistió que con la reforma, los trabajadores “van a tener oportunidad de ser jueces, magistrados y ministros, y antes era por dedazo, más que examen”.
Dijo que discrepa con la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, sobre la independencia del Poder Judicial. “Así como el Ejecutivo logró separar el poder político del poder económico, uno de los objetivos de la reforma al Poder Judicial es que se logre separar el poder económico del poder de los ministros, de los jueces”.
En el momento en que un juez sea electo por el pueblo, tendrá más autonomía que ahora, abundó. “¿Quién le va orientar una decisión, si tendrá la fuerza de haber sido electo por el pueblo? ¿O qué, hoy el Poder Judicial es extraordinario en nuestro país?”.
Indicó que la elección de jueces, magistrados y ministros es un cambio muy profundo en el país, “pero se propuso en la campaña y la gente votó por ello. Si ya hay democracia en el Ejecutivo y en el Legislativo, ¿por qué no puede haber democracia en el Poder Judicial? Hay que pensar en qué bien hará esto a México y cómo vamos a construir un Poder Judicial que le responda a México”.