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En el aniversario 91 del Teatro del Pueblo se presentaron bailarines, bufones y artistas con máscaras de demonios que tocaron instrumentos de viento y percusiones, además de tener elementos del folclor mexicano, el arte drag, el burlesque y el cabaret.

Todo lo anterior, entre el inconfundible sonido de una infinidad de organilleros que por momentos hizo eco del tradicional Cielito lindo.

Tras la presentación de La Nueva Revista Mexicana, Víctor Miguel Maya y Román Dichi Lara, entregaron a Mariana Gómez Godoy, directora general de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural, el proyecto de salvaguarda para que se inicie el proceso de inscripción del oficio de organillero como patrimonio inmaterial de la CDMX.

“En este lugar que es el Centro Histórico se encuentra otro mundo cultural y económico, el cual es muy importante; siempre los escuchamos cuando vamos caminando y es esta música que siempre está presente. Tenemos la certeza de que los organilleros serán reconocida como patrimonio de la CDMX”.