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El actor mexicano Gael García Bernal se mostró emocionado por regresar al Festival de Cannes con una película en la que recrea a un personaje histórico y por la que recibió una ovación de pie tras su presentación.

Y es que su carrera cinematográfica está íntimamente ligada al Festival de Cannes. Fue aquí, hace 25 años exactamente, que se proyectó su primera película: Amores perros, de Alejandro González Iñárritu, que cambió la vida de todos los que participaron en ella.

Precisamente a este certamen francés al que el actor tapatío ha regresado una y otra vez con múltiples películas como BabelLa ciencia del sueñoCegueraLa mala educación o Chicuarotes, que él mismo dirigió.

“Cuando hicimos Amores perros no sabíamos que se iba a convertir en una película que perdurará en el tiempo y ahora es un largometraje que hasta mis hijos adolescentes ya vieron. Es fascinante”, compartió el actor durante una entrevista realizada en una terraza del Palacio de los Festivales. 

El ojiverde se encuentra por enésima vez en el certamen francés gracias a Magallanes, la película del filipino Lav Diaz en la que interpreta al explorador y conquistador portugués Fernando de Magallanes.

Y aunque parezca extraño que un actor mexicano interpreta a un personaje europeo que formó parte fundamental del “descubrimiento” y la colonización del mundo, para Gael es una de las mejores decisiones que podemos ver en la industria, pues rompe barreras y entierra estereotipos.

“Me emociona mucho que Lav haya pensado en mí para hacer a este personaje, porque lo normal sería haber buscado a alguien de Europa, pero al final de cuentas, las personas que realizaron esos viajes con Magallanes más tarde se convirtieron en mestizos, que es lo que somos y de dónde venimos”, añadió.

Sobre su proceso creativo para encarnar al histórico explorador, explicó que hablar de un “método actoral” le parece algo pretencioso y prefirió señalar que en cada proyecto existen muchos factores que ayudan, inconscientemente o no, a moldear sus personajes.

“Entrar en el universo mental, emocional y espiritual de los personajes es algo fascinante. Y uno, como actor, se nutre tanto de las cosas que investigas y la información que hay disponible hasta del viaje mismo al lugar donde vas a filmar, de los colegas con los que compartes rodaje y, en este caso, hasta de los barcos en los que filmamos.”