Seleccionar página

Los cardenales que participarán en la reunión secreta para elegir a un nuevo papa se instalaron en dos hoteles del Vaticano, donde se les prohíbe el contacto con el mundo exterior mientras deciden quién debe suceder al fallecido Papa Francisco.

El cónclave es a puertas cerradas en la Capilla Sixtina este miércoles y todos los cardenales menores de 80 años podrán votar sobre quién debe ser el próximo líder de la Iglesia católica que cuenta con mil 400 millones de fieles.

Se considera que la contienda para suceder a Francisco, fallecido el mes pasado, está muy abierta. Aunque se han citado los nombres de algunos posibles favoritos, los 133 cardenales que votarán en el cónclave han dicho que no saben quién será el próximo Papa.

El proceso del cónclave es «profundo y misterioso», dijo McElroy, arzobispo de Washington D.C. «No puedo dar ninguna pista sobre quién está por venir», afirmó.

Algunos cardenales buscan un nuevo papa que continúe con el impulso de Francisco por lograr una Iglesia más transparente y acogedora, mientras que otros buscan un repliegue a raíces más tradicionales que primen la doctrina.

Los cónclaves suelen durar varios días y se celebran varias votaciones antes de que un aspirante obtenga la mayoría de dos tercios necesaria para convertirse en pontífice.

Durante el periodo del cónclave, los cardenales votantes se alojarán en dos casas de huéspedes del Vaticano y prestarán juramento de no mantener contacto con nadie que no participe en la votación secreta.