La Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y los miembros de la Junta de Coordinación Política develaron las letras de oro en el muro de honor del salón de sesiones con la leyenda “A la Comunidad Mexicana Migrante”, como reconocimiento a la labor y esfuerzo de las personas mexicanas migrantes.
La develación estuvo encabezada por los presidentes de la Cámara de Diputados y la JUCOPO, Sergio Gutiérrez Luna y Ricardo Monreal Ávila. También, por la presidenta de la Comisión de Asuntos Migratorios, Marcela Guerra Castillo, además y los coordinadores de los grupos parlamentarios.
Gutiérrez Luna expresó que, a fin de dar cumplimiento al decreto sobre la inscripción, publicado en el Diario Oficial de la Federación. Se dio lectura al decreto por el que se inscribe con letras de oro en el muro de honor del salón de sesiones de la Cámara de Diputados, la leyenda “A la Comunidad Mexicana Migrante”.
“Se reconoce a las heroínas y héroes y “les garantizamos que siempre serán bienvenidas y bienvenidos en nuestro país; nunca estarán en el abandono en la protección de sus derechos. En cualquier lugar que viva un mexicano o mexicana ahí está México”.
Es una mentira muy cruel e injusta –afirmó– decir que las personas migrantes son la causa de la delincuencia, la falta de trabajo o cualquier otra que se sustenta solamente en el pensamiento discriminatorio.
“Las mexicanas y mexicanos migrantes generan un ingreso que por sí mismo podría equivaler a la décima economía más grande del mundo con una contribución de 781 mil millones de dólares; son impulsoras del desarrollo y del país al que llegan, fortalecen la economía tanto de sus familias como de nuestro país”, sostuvo.
Refirió que México es un país donde están presentes las variables migratorias, somos un país de destino, origen y tránsito para personas migrantes. Desde el origen de la humanidad hasta nuestros días, la migración ha tenido la misma meta: encontrar lugares que mejoren las condiciones de vida. Aunque sus complicaciones y efectos sean distintos, toda persona migrante debe ser reconocida y jamás criminalizada por esa condición.