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Iron Maiden fue la primera banda de rock occidental en presentar un espectáculo de gran producción detrás de la cortina de hierro (Europa del Este) tras la guerra fría, como parte de la gira World Slavery, de 1984.

Ese telón había caído y se dio la oportunidad de hacer realmente feliz a un número significativo de personas, dice el cantante Bruce Dickinson, para promover su álbum Powerslave, al tiempo que recuerda con The Independent ese gran espectáculo que llevaron a seis ciudades de Polonia y Hungría, el cual cumple 40 años esta semana.

Iron Maiden, banda gurú del heavy metal, que regresará a México con su gira Future Past World Tour el 20 de noviembre en el estadio GNP, recuerda la primera incursión de un grupo occidental en el bloque socialista de Europa.

“No fue un acto político en absoluto, sino un show para entretener a algunos seguidores. Se pudo considerar político. A veces la gente sólo quiere divertirse, pero únicamente querían roquear, y para eso estábamos allí”, asegura Dickinson.

En Europa del Este Maiden simbolizó una chispa esperanzadora de unidad y entendimiento entre Oriente y Occidente. A pesar de que las letras de sus rolas fueron catalogadas de antisoviéticas por las autoridades rusas por temas como 2 Minutes to Midnight, estos ingleses de pelo largo sólo estaban allí para propagar una plaga de maldad occidental; entonces se supo que sólo querían roquear.

Tal era (y sigue siendo) el amor de Europa del Este por el hard rock y el metal, que muchas de las canciones de protesta y una contracultura juvenil que rechazaba la amenaza nuclear de la guerra fría surgieron del metal. Cuando el Muro de Berlín cayó, en 1989, muchos metaleros argumentaron que Wind of Change, de The Scorpions, ayudó a derribarlo, con Iron Maiden haciendo las primeras grietas.

La banda estaba allí con el fin de hacer música para miles de fanáticos excluidos del caos del metal occidental. Sentimos que era injusto que los que estaban detrás del muro, por así decirlo, no pudieran vernos, así que tuvimos que tratar de llegar a ellos, dice el mánager del grupo, Rod Smallwood.

Piratearon casetes y así es como la gente se dio cuenta de cuáles eran las canciones, afirma Dickinson. Se reunían en los bares y en sus habitaciones y se ponían a escucharlas.