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Un bombardeo israelì mató el jueves a tres civiles e hirió a al menos cinco cascos azules de la ONU en el sur de Líbano, donde Israel intensifica sus ataques contra los bastiones de Hezbolá, aliado del grupo palestino Hamás en Gaza.

Un ataque aéreo «del enemigo israelí» contra «un vehículo» en la entrada de Sidón, en el sur de Líbano, «provocó la muerte de tres pasajeros», indicó el ejército libanés.

El bombardeo se produjo cuando «un convoy de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para Líbano (Finul) pasó por un puesto de control del ejército», detalló. 

Tres soldados libaneses resultaron lesionados y la Finul dio parte de otros cinco cascos azules «levemente heridos». Malasia señaló que los soldados eran de ese país y cifró por su parte en seis los que quedaron heridos en la explosión.

Este ataque refleja la persistencia de Israel en atacar a las fuerzas de la Finul, al personal del ejército libanés y a la población civil, lo que constituyen crímenes de guerra y una violación flagrante del derecho internacional humanitario», denunció el canciller libanés, Abdallah Bou Habib.

La fuerza de paz de la ONU fue desplegada en el sur de Líbano en 1978, tras una primera invasión de esa región del país por parte de Israel.

Otros bombardeos golpearon el jueves la periferia sur de Beirut, bastión de Hezbolá, incluido uno que provocó «daños menores» en los edificios del aeropuerto internacional de la capital, según un representante del aeródromo. 

Israel bombardea a su vecino Líbano con intensidad desde el 23 de septiembre. Una semana después, inició una ofensiva terrestre en el sur del país, tras casi un año de enfrentamientos fronterizos entre el ejército y el movimiento proiraní Hezbolá.

El objetivo de Israel es permitir el regreso de 60 mil habitantes del norte del país, desplazados por los incesantes disparos del grupo islamista libanés.

Hezbolá abrió un frente contra el Estado hebreo un día después de que estallara la guerra en Gaza, el 7 de octubre de 2023, entre el ejército israelí y Hamás, en apoyo a su aliado palestino. 

El jefe de la diplomacia estadunidense, Antony Blinken, subrayó que su administración seguirá trabajando para tratar de poner fin a ambos conflictos hasta la toma de función de Donald Trump, quien ganó las presidenciales del martes.