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Con un avance que permite ver su magnitud, la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México deja rápidamente de ser un sueño de varias décadas para convertirse en la mayor obra de infraestructura del régimen del presidente Enrique Peña Nieto.

Tras muchos años de espera y reclamos por esta nueva terminal, la capital del país contara con un aeropuerto acorde a las necesidades y demandas de la que es la novena economía en el mundo.

Impulsado por el presidente Enrique Peña Nieto, la proyección del Muevo Aeropuerto planteó desde su diseño la creación de un polo de desarrollo que será el detonador de una gran actividad económica, social y urbana de la Zona Metropolitana del Valle de México y la megalópolis que conforman las poblaciones de los estados de México, Morelos, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo y Querétaro.

Una megalópolis que casi llega hoy a los 30 millones de habitantes y que es el centro industrial, financiero, empresarial, comercial e intelectual más importante de este país.

Su pronta entrada en operación no sólo causará expectación por su sorprendente arquitectura, sino que se consolidará como un centro de conexión, movilidad y transferencia de personas, mercancías y actividades comerciales, con las mejores condiciones de competitividad.

Sus proyectistas indican que este nuevo Aeropuerto resolverá las necesidades de transporte aéreo de la capital del país durante la mayor parte de los siguientes 100 años, y convertirá a México en el HUB más importante de América Latina.

Considerado como el 2º aeropuerto más grande en construcción a nivel mundial, es la obra de infraestructura más sobresaliente de los últimos años.

Impulsará la conectividad de México a nivel internacional y promoverá la productividad, así como el desarrollo social y económico, contribuyendo a expandir el mercado nacional y de turismo.