Los ojos de Johan Vásquez se tornaron cristalinos de regreso al círculo del campo. El defensa de los Pumas sabía que no podía fallar el segundo penalti, tras el error de Eduardo Aguirre, pero lo hizo. Su disparo se estrelló en el poste derecho del marco brasileño… No había más. El resto de las ejecuciones fueron simple trámite. Lucharon, pero tendrán que conformarse con pelear el viernes por la medalla de bronce, después de caer en penaltis frente a Brasil (0-0, 4-1 en penaltis).
El sueño de repetir la hazaña dorada de Londres 2012 feneció, aunque queda la posibilidad de subir al podio. Guillermo Ochoa adivinó las cuatro ejecuciones brasileñas, pero no atajó alguna. Colofón a un partido muy difícil, porque la Selección Nacional no jugó la primera mitad, la sufrió. El «Scratch du Oro» monopolizó el balón con base en rápidas transiciones y toques de primera intención aún más veloces.
Con más de 30 grados temperatura, realizar cualquier actividad cansa, no se diga correr… Pero hacerlo para perseguir el balón fatiga mucho más. Eso experimentaron los dirigidos por Jaime Lozano, quien planteó un partido para caminar al borde de la cornisa. El Tricolor apostó a replegar y desdoblar con velocidad.