La Organización de Estados Americanos es un organismo agotado frente a una realidad que demanda “entrar en una nueva en las relaciones de los países de las América y buscar una unión verdadera y genuina en beneficio de todos, afirmó el canciller Marcelo Ebrard al intervenir en la Cumbre las Américas que se realiza en Los Ángeles, California.
En una reunión con sus pares regionales, que estuvo encabezada por el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, Ebrard planteó que “es un error estratégico excluir de esta Cumbre de las Américas a países miembros del continente” y señaló que en el propio logotipo del encuentro regional están incluidos Cuba, Venezuela y Nicaragua, naciones que no fueron invitadas por el anfitrión Estados Unidos.
Ante los ministros del Exterior del continente, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores planteó que “es increíble que a estas alturas sigamos viendo bloqueos, embargos y sanciones, aún durante la pandemia, contra países de las Américas, contradiciendo el derecho internacional y los objetivos que nos animan” en la región, de acuerdo con un video difundido por la Cancillería.
Dijo que, desde la visión mexicana, “por la nueva realidad geopolítica que estamos viviendo con la guerra en Europa, la nueva competencia económica que estamos viviendo en donde va ha haber el surgimiento de nuevas tendencias regionales, todo aconsejaría cambiar y entrar en una nueva era en las relaciones de las Américas”.
Señaló que “es evidente que la OEA y su forma de actuar están agotados frente a esta realidad. Basta con ver el vergonzoso papel que tuvo en el golpe de Estado en Bolivia”. A nombre de México, Ebrard propuso que se conforme un grupo de trabajo que presente el proyecto de refundación del orden interamericano sobre los principios de no intervención y beneficio mutuo.
Retomó el pensamiento del presidente Franklin Delano Roosevelt: “En el campo de la política mundial dedicaría a esta nación -es decir los Estados Unidos- a la política del buen vecino: el vecino que resueltamente se respeta a sí mismo y por hacerlo respeta los derechos de los demás; el vecino que respeta sus obligaciones y respeta la santidad de los acuerdos en y con un mundo de vecinos”.