Quería vivir hasta el 20 de mayo, fecha en que cumplía 90 años, pero el ex presidente de Uruguay José Pepe Mujica se fue una semana antes dejando una leyenda detrás por la austeridad en que vivió con su esposa y compañera de lucha Lucía Topolansky.
Cultivando flores y su decisión de ser enterrado en ese mismo lugar que nunca dejó ni en sus primeros pasos en política, en que fue diputado, senador y ministro de Ganadería y Cultura en el gobierno del frenteamplista Tabaré Vázquez.
“De guerrillero a presidente”, titularon varios medios sobre Mujica, quien en 1964 eligió el camino de la lucha armada al ingresar al Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, bajo la dirección de un líder extraordinario, Raúl Sendic.
Al asumir la presidencia el 1 de marzo de 2010 en el Palacio Legislativo como presidente de la República Oriental del Uruguay le tomó juramento su esposa Lucía Topolansky como presidenta del Senado, con la presencia de mandatarios de varios países y dirigentes de partidos políticos.
Fue una ceremonia inolvidable y después se desató una tormenta muy fuerte. Se hablaba en esos momentos dentro del hotel de cómo haría Mujica para trasladarse a la residencia presidencial, pero en realidad Pepe y Lucía tenían decidido quedarse en su vivienda de siempre, para lo cual fueron cambiadas diversas medidas de seguridad.