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La Suprema Corte resolvió que ningún juez podrá reducir la condena de una persona sentenciada por feminicidio; revocó el fallo de un Tribunal que redujo a 42 la pena de 50 años de prisión impuesta a Diego Urik Mañón por el crimen de la maestra, Jessica González Villaseñor, en 2020.

“Estamos frente al asesinato de una mujer brutalmente asesinada y abandonada en un paraje; el agresor le destruyó la cabeza, lo que obliga a revisar el actuar del juez que disminuyó la pena y revalorar estas circunstancias”, dijo el ministro presidente de la SCJN, Hugo Aguilar Ortiz.

El caso llegó a la Corte en junio del año pasado bajo el expediente de amparo directo en revisión promovido por la familia de Jessica, a quien su pareja Diego Urik la privó de la vida en septiembre del 2020 en Morelia, Michoacán, y abandonó su cuerpo en un paraje boscoso y despoblado.

En el recurso, impugnaron la decisión de la Sala Penal del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Michoacán que redujo la sentencia del feminicida a 42 años de cárcel, la cual fue confirmada después por el Tribunal Colegiado en Materia Penal del Décimo Primer Circuito.

Después de más de un año en el archivo de la Corte, el caso fue discutido ayer mediante un proyecto de la ministra Loretta Ortiz, aprobado por unanimidad porque los ministros coincidieron que hubo errores en la forma en que se determinó la reducción de la pena carcelaria.

Con la votación se generó una jurisprudencia que establece un criterio obligatorio para todos los jueces y magistrados del país.