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La 78 edición de los Globos de Oro, que se retrasó dos meses debido a la pandemia, arrancó anoche con dos maestros de ceremonia desde dos ciudades diferentes: Amy Poehler desde Los Ángeles y Tina Fey desde Nueva York. Escenarios muy parecidos, pero con la pantalla dividida entre las sedes; las dos comediantes dieron la bienvenida a un puñado de asistentes en persona y centenas de invitados presentes por videollamada.

La gala, que anualmente da el pistoletazo de salida la temporada de premios en Hollywood, no lucirá esta vez el aspecto desenfadado (al menos en comparación con los Óscar) del que suelen presumir todos los años y los nominados estarán esta vez en sus casas para evitar contagios de coronavirus. Como ya pasó en los Emmy y los Latin Grammy, ni ha habido alfombra roja anterior y tampoco se celebrará ninguna fiesta tras la ceremonia.

Catherine O’Hara, una de las protagonistas de “Schitt’s Creek”, obtuvo la estatuilla a la mejor actriz de una serie de comedia o musical.