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Durante cinco días, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México estuvo en el estudio para grabar un disco con un material sin precedente, en el cual participaron artistas y profesionales de la industria musical como Jae-Hyuck Cho, Michael Fine y Erdo Groot.

En el contexto de su aniversario 45 y después de 20 años de no entrar a un estudio de grabación, la agrupación grabó en los Estudios Churubusco dos obras importantes de Dmitri Shostakóvich: Concierto para piano número 2 y Sinfonía número 11. 

Entre cada nota, repeticiones y compases, los músicos recibieron indicaciones de su director Scott Yoo, así como de Michael Fine, quien produce y es editor del nuevo disco de la OFCM.

Reconocido como uno de los mejores productores de grabaciones clásicas del mundo y galardonado con numerosos premios como el Grammy, Fine expresó: es un momento muy importante para la orquesta porque es tiempo de mostrarnos a escala internacional, y lo digo en primera persona, porque con estos proyectos me siento parte del mismo.

Podría resultar chocante una grabación porque en un concierto se pueden tocar algunas notas incorrectas o correctas y tener mucha emoción y todos se sienten increíbles, pero en una grabación buscamos que todo sea perfecto, además de lograr esa emoción, se necesita disciplina, temple y demanda, que en particular está consiguiendo la agrupación, agregó.

En realidad, sostuvo Fine quien además trabaja junto a Erdo Groot, ingeniero y pionero en el sonido envolvente para grabaciones orquestales, no sé si les esté gustando o no a los músicos, pero lo que es un hecho es que están respondiendo; muy a menudo, en algunas grabaciones el grupo suena y repite, pero en este caso, se logró que mejorará en cada una de sus tomas, haciéndolo cada vez mejor.