La diputada Amancay González Franco (MC) propuso reformar la Ley Federal del Trabajo, a fin de obligar a los patrones permitir a sus trabajadores breves interrupciones de la actividad laboral destinadas a realizar movimientos físicos o ejercicios de relajación.
Se busca que los trabajadores que durante largos periodos permanecen estáticos en un solo lugar, realicen actividad física para combatir los efectos del sedentarismo, como es el caso de oficinistas, guardias de seguridad, choferes y otros.
La misma disposición se observará en los establecimientos industriales cuando lo permita la naturaleza del trabajo.
Las modificaciones a los artículos 132, 133 y 423 de dicha ley precisan que las pausas activas deberán tener como mínimo una duración de 40 minutos por jornada laboral, distribuidos en dos pausas activas de 20 minutos cada una, así como garantizar espacios adecuados.
Asimismo, establecen que queda prohibido a los patrones impedir que los trabajadores disfruten de las pausas activas. El reglamento contendrá los tiempos y formas en que tendrán acceso a dichas pausas si su labor requiera de largos periodos de inmovilidad y sedentarismo.
Las pausas activas permiten reducir estos efectos negativos, incrementando la concentración y reduciendo la fatiga, y representan una medida preventiva sencilla, de bajo costo y fácil implementación, que puede generar mejoras significativas en la salud de los trabajadores y pueden llevarse a cabo en cualquier entorno de trabajo sin grandes modificaciones o recursos.
El documento, turnado a la Comisión de Trabajo y Previsión Social, señala que los cambios en los modelos de trabajo, especialmente con el incremento de empleos que requieren largas horas frente a computadoras en ambientes de oficina, han aumentado el problema del sedentarismo.