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Al menos 30 lesionados, entre ellos periodistas, fue el resultado de la segunda represión en una semana contra los jubilados, quienes en una marcha pacífica llegaron hasta el Congreso y se encontraron con un cerco de centenares de policías y elementos navales, dispuestos a enfrentar la manifestación. Los agentes se ensañaron con los más ancianos e indefensos, a quienes arrojaron gas pimienta y su agregado químico a la cara; el protocolo antimotines fue dispuesto por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

Fueron varias las organizaciones de jubilados que protestaban contra el veto del presidente, Javier Milei, a la ley de jubilaciones que dispone el aumento y la movilidad jubilatoria. El miércoles pasado, también fueron reprimidos con extrema violencia. Fue sorprendente hoy no sólo la cantidad de fuerzas de seguridad que parecían superar en número a los jubilados reprimidos acompañados por representantes de organizaciones sociales, que fueron claves al momento de ayudar a los lesionados y heridos.

Los uniformados comenzaron a empujar con sus escudos golpeando además con bastones a los jubilados para que subieran a las banquetas lo que era imposible, y estalló cuando intentaron dar una vuelta alrededor del Congreso. La escena de ancianos sentados cegados por los gases fue más que dolorosa.

Bullrich ordenó además reprimir una marcha pacífica como era el banderazo de protesta de la Unión de Empleados Judiciales (UEJN), frente a tribunales por reivindicaciones salariales y que dejó numerosos heridos y detenidos. El caos comenzó cuando la Policía Federal llegó cuando se retiran plegando las banderas y los atacaron con bastones, gases y balas de goma, sin mediar ningún conflicto.

Julio Piumato, líder de la UEJN y secretario de Derechos Humanos de la CGT, fue uno de los heridos y denunció la “violencia desmedida contra quienes simplemente reclamamos un salario digno, y no tiene justificación». Se refirió al uso de balas de goma, amenazas y hostigamientos con armas largas. Varios heridos fueron derivados a distintos hospitales, entre ellos trabajadoras que sufrieron quemaduras en la cara y el pecho debido a la exposición prolongada al gas, ya que si no se atiende en el momento produce quemaduras de riesgo.