A pesar de que por momentos el fútbol no le alcanza, Tigres de la UANL reclama su lugar en las fases finales con función demoledora. Contra Pumas, en una semifinal de vuelta fue capaz de reinventarse en tiempo récord y ganar la batalla con marcador global de 2-1.
Los felinos están tan acostumbrados a ganar que transmiten invariablemente una sensación de extrañeza si el marcador no les favorece. La ventaja en el global invitaba a un optimismo feroz en el estadio Universitario, pero un penal en contra y otras desatenciones defensivas inquietaron a sus miles de aficionados en menos de 15 minutos.
El árbitro Fernando Guerrero señaló con ayuda del VAR una mano de Javier Aquino dentro del área, donde no hubo demasiada discusión. César Huerta, el flamante jugador de moda en CU, se encargó de acomodar la pelota desde los once pasos, pero otra vez fue víctima de su mala ejecución estrelló su remate en las manos de Guzmán.
Tal vez fue el desbordante festejo lo que distrajo a Tigres de la pelota, porque, en la siguiente jugada, El Toro Fernández conectó de cabeza un centro de Pablo Bennevendo (16) y dejó que la explosión del Volcán se prolongara más tiempo de lo debido.