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El presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, fue destituido hoy de su cargo de líder del partido gobernante, la Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF) y fue sustituido por el vicepresidente Emmerson Mnangagwa, en el primer paso para forzar su salida del poder. 

“Hemos apartado al presidente Mugabe, ya no es presidente de la ZANU-PF”, publicó el propio partido en su cuenta de Twitter tras una reunión en Harare del Comité Central de la formación política, en la que da al presidente un ultimátum, llamándole a dimitir antes de mañana lunes para evitar una salida forzada.

El Comité Central de la ZANU-PF también decidió por unanimidad expulsar de la formación política a la primera dama, Grace Mugabe, así como varios de los aliados del mandatario, como los ministros de Exteriores, Educación y Finanzas, informó un militante del partido, citado por el diario local The Standard.

El partido argumentó que Mugabe, de 93 años y al frente del país desde 1980, está incapacitado para seguir en el cargo, por lo que designó de forma provisional a Mnangagwa, quien había sido depuesto de su cargo por el mandatario el pasado 6 de noviembre para supuestamente colocar en su puesto a su esposa, Grace.

Ocho de los diez Comités Coordinadores Provinciales (PCC) de la ZANU-PF coincidieron en que Mugabe ha perdido el control del partido y del gobierno debido a una «incapacidad» derivada de su avanzada edad y lamentaron que haya permitido la formación de facciones internas.

En la apertura de la sesión, celebrada en el cuartel general de la ZANU-PF en Harare, el ministro del Interior, Obert Mpofu, manifestó que, aunque Mugabe llevó a cabo una gran labor, ahora su esposa y los socios de esta se aprovechan de él porque es “mayor”.

La salida del gobierno de Mnangagwa originó que una facción del Ejército asumiera el control del país y de la radio televisión estatal (ZBC) la madrugada del pasado 15 de noviembre y retuviera a Mugabe en su vivienda negociando su renuncia.

Desde entonces Mugabe se ha negado a abandonar el cargo alegando que es un líder legítimo y que el Ejército está llevando a cabo una acción ilegal.

La ZANU-PF, que agradeció a los militares por su intervención para restablecer la normalidad en Zimbabue y prevenir el deterioro de la situación económica y social provocada por personas del entorno del presidente, exhortó a Mugabe a renunciar a la jefatura del Estado, sin que el partido lo revoque o inicie un procedimiento parlamentario.

Mugabe, el presidente más longevo del mundo y al que le espera una moción de censura el próximo martes en el Parlamento, tiene previsto reunirse este domingo con el alto mando del Ejército, que lo mantiene bajo arresto domiciliario, para negociar las condiciones de su salida, aunque hasta ahora se ha negado a ceder el poder.

Las Fuerzas Armadas buscan forzar la dimisión de Mugabe o que sea destituido por el Parlamento para evitar la intervención de organismos internacionales como la Unión Africana (UA) o la Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (SADC), que no ven con buenos ojos un cambio en el poder a través de un golpe de Estado