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A pesar de la emergencia climática,México renunció a ir por metas más ambiciosas en la reducción de emisiones contaminantes en el marco del Acuerdo de París, que acaba de cumplir cinco años, en medio de La pandemia mundial la nueva cepa del coronavirus que tuvo su origen en el abuso excesivo del ser humano a las otras especies del planeta.

Durante la Segunda Sesión Ordinaria de la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático, la titular de la Semarnat, María Luisa Albores, anunció que nuestro país continúa con el compromiso de reducir 22 por ciento de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y 51 por ciento en la reducción de carbono negro para el año 2030.

De esta forma, las metas establecidas por la anterior administración federal se mantienen inamovibles para el año 2030, a pesar de que se tenía previsto elevar el compromiso de 22 a 36 por ciento en GEI y de 51 a 70 por ciento en carbono negro, en las llamadas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC).

La idea que se abandonó en el último momento y después de un largo proceso deliberativo y de consulta pública, era condicionar esta reducción al establecimiento de un acuerdo global de acceso a financiamiento, transferencia de tecnología y fortalecimiento de capacidades.

Para que se considere un avance, las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), deben dar como resultado niveles de emisión más bajos que la anterior meta y abonar al cumplimiento del límite de calentamiento de 1.5 ° centígrados en la temperatura del planeta.