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El presidente de México, Enrique Peña Nieto, se reunió con un grupo de periodistas en la Residencia Oficial de Los Pinos, para hablar sobre el tema de las gasolinas y ahí admitió que ve incertidumbre por el aumento en los precios de los combustibles, lo cual le preocupa. 

Aseguró que «si viene un escenario complicado, un escenario difícil, no quiero ser catastrófico pero vienen ajustes bruscos, no están las cosas para tomar apuestas porque cada vez que un gobierno de México ha tomado una apuesta le ha salido al revés».

Aseguró que México protegerá la gasolina de variaciones abruptas, que la decisión de aumentar su precio llega en un mal momento porque hay un desgaste del gobierno, del partido al que pertenece (PRI) que tanto dentro de su gobierno como en el PRI, fueron los primeros en reprocharle la decisión de aumentar el precio de la gasolina.

«No lo hice por un cálculo político, lo hice por una necesidad de vida de este país», y agregó que nunca culpó al gobierno anterior, que no tenía ni tiene dinero el gobierno para mantener subsidio, que se puede vivir tiempos complicados y con mayor fuerza dijo: «asumo los costos y los riesgos personales, de gobierno y para el partido al que pertenezco. Tenemos razones para tomar decisiones difíciles ante estos escenarios inciertos e imprevisibles».

De acuerdo a información difundida  se notó un mandatario mexicano preocupado por la incertidumbre que se vive ante el precio de los hidrocarburos y por el número de elementos y factores externos que intervienen en su costo, la mayoría fuera del control del Gobierno Federal.

El precio de los combustibles depende centralmente de dos aspectos, del precio internacional del petróleo y del tipo de cambio.

El mandatario estuvo acompañado de los secretarios de Hacienda, José Antonio Meade; de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, el director de Petróleos Mexicanos (Pemex) José Antonio González Anaya; el vocero de la Presidencia, Eduardo Sánchez y el subsecretario de Hacienda, Miguel Messmacher.

Primero habló el secretario de Hacienda, quien dio todos los detalles, pero luego habló el presidente Enrique Peña Nieto, antes de iniciar la serie de preguntas.

Indicó que este aumento dependerá también de las negociaciones con Estados Unidos en materia de Trata de Libre Comercio y calculó que empezarán en junio, mientras tanto la incertidumbre.

Aunado a ello la incertidumbre sobre si la oficina del Tesoro de Estados Unidos continuará subiendo sus tasas de interés y si el Fondo Monetario Internacional ratificará a México una línea flexible de crédito por 90 mil millones de dólares.

El Presidente declaró que bajar el precio de la gasolina es inviable, que en enero no se reflejó el aumento internacional porque el aumento debió haber sido del 26 por ciento y no del 13 por ciento y el reto es suavizar la volatilidad.

Desde el 18 de febrero los precios de los combustibles se fijarán todos los días de acuerdo a las ciudades como ocurre en Estados Unidos.

El presidente dijo que el precio de las gasolinas se tiene que ajustar todos los días, como el tipo de cambio, y que de no haber tomado esta decisión nos hubiera hecho víctima de nuestras propias decisiones, reconoció que los márgenes que tiene el gobierno son muy estrechos, que Pemex prestará su infraestructura para los competidores particulares, como en el caso de instalaciones de telecomunicaciones.

Dijo que cuesta más dinero importar la gasolina que todo lo que se exporta de petróleo, que México de ser el noveno país consumidor per cápita de gasolina, se convirtió en el cuarto y que aquí se consumen 190 millones de litros de combustible al día.