De acuerdo con el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria que realiza la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), los penales de Nuevo León, Sinaloa y Tamaulipas están reprobados; las cárceles mejor evaluadas son las cárceles de Yucatán y Querétaro.
En 2014 Nuevo León obtuvo en promedio de 5.2, siendo la cárcel de San Pedro Garza García la peor calificada con 3.5, mientras que el penal de Apodaca tuvo 5.43, Topo Chico tuvo 5.7 y el de Cadereyta fue el único aprobado con 6.66.
Cabe señalar que en 2006 la evaluación de los penales de Nuevo León fue en promedio de 7.2, calificación que fue descendiendo hasta que, en 2011 obtuvieron 5.7.
Cabe señalar que, por cuestiones como el sueldo, el riesgo que se corre y la actividad del crimen organizado, la gente en Nuevo León no quiere trabajar en penales como el de Topo Chico y Cadereyta; prefieren laborar en otra entidad.
De los Centros de Ejecución de las Consecuencias Penales del Delito de Sinaloa, el de Culiacán tuvo una calificación de 5, el de Los Mochis obtuvo 5.3 y el de Mazatlán tuvo 5.5. A pesar de los resultados reprobatorios, de 2006, cuando obtuvieron un promedio de 3.7, han ido mejorando la calificación.
En 2011 y 2012 obtuvieron 6.14 y en 2013 volvieron a reprobar con 5.8.
En Tamaulipas el promedio de los penales es de 5.14. El Penal de Reynosa tuvo 4.9, el de Nuevo Laredo 5.19 y el de Matamoros 5.3.
En Baja California Sur también los penales están reprobados con un promedio de 5.49; el Penal de La Paz fue calificado con 5.2 y el de Los Cabos con 6.22.
Entre los estados con penales mejor evaluados se encuentra Yucatán y Querétaro con un promedio de 7.3, Jalisco registró 6.67 y la Ciudad de México 6.55.
El Reclusorio Oriente tuvo 5.74, Santa Marta varonil 6.88; el Reclusorio Norte 6.03, el Sur 6.06, el femenil de Santa Marta 6.61 y el femenil de Tepepan 6.97; mientras que el Módulo de alta seguridad de Santa Marta tuvo 7.23 y el Centro Varonil de Rehabilitación Psicosocial de la CDMX 6.55.